Por una práctica capaz de transformar la sociedad

Actualmente, en Cataluña en general y en Barcelona en particular existe una efervescencia de ideas, discursos y prácticas anarquistas que se ve traducida con el nacimiento de nuevos grupos por toda la geografía de la ciudad y unas luchas impulsadas por estos. Un contexto como el que estamos viviendo ha comportado la aspiración por parte de algunos de estos grupos de poner en marcha un proceso de debate, para confluir en una futura organización con el objetivo de transformar la realidad actual desde una perspectiva anarquista.

En este texto, escrito desde el barrio de Sants, se intentará hacer un análisis político sobre cómo podemos tener una práctica capaz de conectar en las luchas que existen actualmente y como consecuencia, con el conjunto de la sociedad, alienada en unas instituciones estatales que han impuesto la pasividad como algo inherente a nuestras vidas. No obstante, justo es decir, que poco a poco la gente se está dando cuenta que por medio de una desposesión intrínseca al sistema y acentuada por la crisis del momento, está perdiendo los bienes más básicos y que por lo tanto, tiene que tomar partido, es decir, luchar por su dignidad.

Observando la realidad en la que vivimos, nos damos cuenta de que están floreciendo diferentes luchas desde ámbitos parciales que están consiguiendo que mucha gente que no participa en ningún espacio político se levante del sofá y empiece a protestar. Exigiendo unas reivindicaciones que a pesar de que son de mínimos y están encuadradas dentro de objetivos muy concretos, están teniendo una incidencia en la sociedad.

Para no hablar abstractamente y que el texto finalice simplemente en un debate teórico, se pondrán varios ejemplos que están teniendo eco en este momento. Uno de este es la PAH, que desde hace 5 años aglutina a una serie de personas que tienen en común haberse quedado sin techo, de hecho, lo podemos decir más claro: han perdido su propiedad privada. Aun así, este hecho, ha desembocado en un proceso de autoorganización en los barrios que junto a un abanico de luchas muy diferentes ha conseguido grandes victorias concretas cómo han sido la okupación de edificios para desahuciados y grandes victorias morales como abrir un debate a pie de calle sobre la legitimidad de la okupación. Aún así, hay que tener presente que las reivindicaciones que hoy por hoy tiene la PAH, como la dación en pago y el alquiler social, están muy lejos de la propuesta libertaria de acabar con la propiedad privada.

Aquí es donde empieza el debate, para intentar ser objetivos se buscará construir un paralelismo con lo que históricamente ha sido uno de los ejes de lucha más importantes del movimiento anarquista: la lucha por el puesto de trabajo. Una lucha que históricamente ha servido para que mucha gente empezase su actividad política, con unas reivindicaciones de mínimos, como podía ser: mantener el puesto de trabajo o recuperarlo, reivindicar mejoras salariales, etc. Un discurso que a pesar de ser en un inicio insuficiente, sirvió para que mucha gente se implicara y se diera cuenta de que con esto no había bastante, sino que por su condición asalariada estarían condenados a una explotación permanente. Ahora bien, hay que tener en cuenta que cuando los anarquistas luchamos por nuestro puesto de trabajo, necesario para subsistir dentro de la sociedad actual, teóricamente estamos luchando para estar sometidos a la condición de asalariados.

Una vez dicho esto se puede buscar otro enfoque en las luchas actuales de la PAH. A pesar de que son luchas con reivindicaciones escasas, responden a las primeras necesidades de las personas y están conllevando un proceso de politización en conjuntos muy heterogéneos dentro de los pueblos y ciudades. Es evidente que como anarquistas no estaremos apoyando a una ILP para presentarla en el Parlamento, pero sí que podemos participar a pie de calle en la okupación de edificios, desbordando los discursos que se quedan cortos, diciendo que con esto no hay bastante y añadiendo una práctica revolucionaria capaz de radicalizar un discurso.

Este no deja de ser un ejemplo, pero hay muchos más. En el mes de marzo, que es cuando se escribe este texto, vemos día a día como una lucha contra el incremento de las subidas de tasas, que empezó en Nou Barris, de forma autónoma se está extendiendo por el área metropolitana de Barcelona y empieza a generar una preocupación al Ayuntamiento de Barcelona y a TMB. Otra vez nos damos cuenta que detrás de una reivindicación de mínimos y concreta, como es: el regreso a las tarifas del año anterior, se está llevando a cabo una práctica radical donde por ejemplo, se bloquean líneas de metro. Salvo el contexto histórico y el grado de radicalidad, pero extrayendo el concepto, se puede concluir que una lucha por un objetivo concreto cómo podía ser la lucha por la jornada de 8 horas junto a una práctica revolucionaria basada en el sabotaje, la presión directa y un discurso con una perspectiva anarquista consiguió que unos años después los trabajadores se cuestionaran su condición de asalariados, luchando por la abolición de esta. Por eso, podemos entender que una lucha parcial, como la bajada de tasas, pero acompañada de un discurso libertario puede abrir un debate que conduzca a una lucha por la gratuidad del transporte, entendiéndolo como una pequeña victoria que nos acerca hacia una lucha total.

Es capital tener un proyecto que integre luchas propias, entendiendo que no tiene sentido ir a remolque de las diferentes propuestas que aparecen día a día en los pueblos y ciudades. Si así fuera, entraríamos en una dinámica de hacer por hacer que no respetaría nuestros tiempos internos ni nuestros objetivos y nos conduciría hacia la asimilación de unas dinámicas a las cuales nos oponemos diametralmente. De todas maneras, es interesante valorar el momento actual para darse cuenta que a pesar de que se están extendiendo nuestras ideas y prácticas en los conflictos presentes, todavía no tenemos suficiente fuerza para producir cambios radicales con la gente que somos dentro de los colectivos y ateneos libertarios. Necesitamos ser suficientemente habilidosos para acercar nuestro discurso y nuestra praxis a las compañeras que no tienen trabajo, a las que lo tienen precario, a los jóvenes que no lo han tenido nunca, a los inmigrantes, con papeles o sin, a los que ya no tienen casa, a las víctimas de la opresión patriarcal y en general a todos los oprimidos, que poco a poco están transformando una indignación inoperante en una práctica con indicios de ruptura.

Por eso tenemos que salir de los ateneos, estar en las plazas y en las calles, normalizando unas ideas que han sido continuamente falseadas por aquellos que lo controlan todo. Haciendo pedagogía con unos argumentos que la gente sea capaz de entender y sentir suyos, sin renunciar a nada, pero explicándolo de una manera comprensible y que sea asumible por un conjunto más grande del que somos nosotros.

Por otro lado, tenemos que dar énfasis en abrir los ateneos a los barrios, colectivizando la cultura, y transmitiendo que esta no es sólo la nuestra, sino toda. Haciendo unos ateneos más abiertos, estos no estarán perdiendo su identidad, al contrario, estarán convirtiendo los barrios en algo más anarquista. Porque difundir la cultura es un medio al que no podemos renunciar si queremos ser uno en lo referente al barrio, y queremos aligerar la carga que comportan los procesos de lucha. Cómo decía Josep Peirats: “[…] yo militaba sobre todo en los Ateneos Libertarios y en las Juventudes Libertarias, porque entendía que allí era donde había que hacer un trabajo positivo, puesto que en los Sindicatos los militantes estaban absorbidos por las situaciones económicas y por los azares de la lucha.”.

Además, difundir una cultura universal nos puede ayudar a conectar con el barrio, puesto que muchas veces por nuestra actividad autorreferencial acabamos organizando actos donde sólo participan las personas con una afinidad subjetiva, en lugar de aquellas con las cuales compartimos un concepto tan objetivo como puede ser nuestra condición de oprimidos como clase. Por lo tanto, haciendo actividades culturales de un cariz mucho más transversal, multicultural e inter-generacional podemos llegar a un amplio abanico de personas que provienen de ámbitos diferentes y a los que hoy por hoy no llegamos.

Otro factor a tener en cuenta para poder contactar de una manera fluida hace referencia a la comunicación. Consecuentemente, necesitamos crear nuestros medios en los barrios para socializar nuestros argumentos desde una óptica local, puesto que al fin y al cabo, las vidas de las personas se desarrollan en los entornos más próximos, lejos de la globalidad que nos imponen para alienarnos de nuestra vida diaria. Teniendo nuestros propios medios y dando nuestra visión sobre los hechos más comunes de la vida de las personas seremos capaces de acercarnos al barrio. Por lo cual, poco a poco la gente podrá sentir nuestra actividad como suya y así ser una alternativa de transformación real.

Como conclusión creemos que es importante remarcar que tenemos que empezar a creernos que somos capaces de transformar la sociedad, es decir, tenemos que aspirar a todo, pero esto sólo lo podremos hacer entendiendo que la realidad es más amplia de lo que sucede dentro de los ateneos. Entender que tal como aceptamos como una pequeña victoria la readmisión de un trabajador o una mejora de las condiciones laborales también podemos entender como un paso positivo, no definitivo, una bajada de tasas en el transporte público o el logro de un alquiler social por parte de una familia. Ensuciarnos las manos con luchas que si más bien no hemos impulsado nosotros, si que participa un conjunto mucho más transversal de lo que somos.

Necesitamos abrir nuestros espacios, conectar con los barrios y dejar que la gente sienta los ateneos como lugares donde se difunde la universalidad de la cultura humana, remarcando que con esto se queda corto si paralelamente no se lucha contra toda opresión existente.

Así, combinando este binomio, y aceptando su progresión seremos capaces de hacer confluir todas las luchas con una sola, una lucha integral capaz de acabar con todos los métodos de dominación.

Acció Llibertària de Sants. Primavera del 2014.

Artículo publicado en “Clau de Volta”. Publicación para el debate en el proceso de construcción de una Federación Anarquista en Cataluña.

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